Colección de narrativa y poesía
que abre puentes entre épocas,
lenguas y culturas lejanas, recorriendo
la malla de la tradición. El empeño
es probar la resonancia que liga las
voces en un solo movimiento.
Apocalipsis de Pablo > 2012
Traducción de Vicente Flores Militello
Paréntesis de Álvaro Uribe
Grabado de Santiago Caruso
Edición bilingüe. 108 páginas
ISBN 978-607-7974-09-3
El término apócrifo, antes de vulgarizarse
en la acepción de “fabuloso, supuesto
o fingido”, indicaba la palabra “oculta”,
“secreta”. Los libros apócrifos eran aquellos
destinados a un público sectario, a los
adeptos, que filtraban el mensaje por medio
de ciencia y doctrina. En esa veta, los
Apocalipsis exploran su terreno más lícito y
propicio: Apokalypsis significa “no oculto”,
“revelación”, pensamiento de hechos
develados en virtud de un pacto gratuito
entre el cielo y el vidente.
La apocalíptica cristiana, que desarrolla
modelos y formas de la literatura
escatológica judía, concibe, en los primeros
siglos de la era común, una serie de
relatos que abren el telón entre tiempo y
cosmos, presente y futuro, carne y vida
eterna. A partir del año 100, circula un
texto griego, el Apocalipsis de Pedro,
primera descripción de los suplicios y los
tormentos en el más allá cristiano.